miércoles, 4 de julio de 2012

La Filosofía del Graffiti


Hablar de graffiti es hablar de un gran mundo de significación, es hablar de la historia de una humanidad que encuentra una herramienta para ser superiores a las otras especies, la comunicación. El ser humano desde hace miles de años comienza a utilizar el arte pictórico, el arte de rayar en las paredes, pero no como arte en sí, sino como la necesidad de interactuar con otros y perpetuar sus conocimientos y creencias. Es aquí donde comienza el graffiti, con la necesidad de expresar y comunicar.
La principal de las razones que ponen en marcha la mayoría de los artistas urbanos que practican este arte, es expresar y comunicar a los demás el propio mensaje, unida a la pretensión humana de la búsqueda de fama.
Tomando como comunicación aquella necesidad que tiene el hombre de hacerse entender con los demás, tratando de llevar un mensaje claro, el graffiti es entonces la expresión de una persona que mediante aerosoles trata de llevar un mensaje a los demás por medio de imágenes llamativas plasmadas en muros, paredes de edificaciones, en buses o cualquier otro objeto que se exponga a la visión pública, o sea el  ojo del espectador.
Teniendo en cuenta la comunicación que pretenden hacer los graffiteros, me gustaría abordar un tema que también hace parte de la filosofía de la cual estamos hablando y la que queremos explicar. La búsqueda de la expresión junto al siguiente tema que vamos a tratar hace reflexionar y responde a la pregunta ¿Cuál es el principal objetivo de lo que pintan?


Vivimos en comunidad, somos uno pero a la vez somos varios, necesitamos de las otras personas ya que en el mundo en que vivimos es imposible sobrevivir solos. Detrás un saludo, detrás de un abrazo se encuentra cierto interés, necesitamos al otro. Esa necesidad  produce otra necesidad, la necesidad de ser conocidos. Si nadie nos conoce es como si estuviéramos solos en el mundo. El hombre busca ser conocido y de eso no escapan los graffiteros, quienes también buscan ser reconocidos y más que eso, quieren transcender en el mundo, quieren ser famosos, están en una constante búsqueda del reconocimiento, salir del anonimato, de la masa, dejar constancia de sus pasos por el planeta tierra. Precisamente esta búsqueda de fama y de reconocimiento entre la comunidad del graffiti es lo que explica la proliferación de los tags, que son prácticamente una firma o un acrónimo de una o un grupo de personas y los throw-ups. Esto último comprende letras, palabras o un listado de nombres y se utilizan generalmente dos colores. Estos son realizados para conseguir atención de la gente, y así se animen a ver sus obras más grandes llamadas piezas.
Hasta ahora hemos hablado de la necesidad de expresión del mensaje en los graffitis y el reconocimiento, podemos ahora reflexionar y preguntarnos: ¿Qué relación hay entre estas dos cosas ya tratadas? Existe una relación muy importante entre fama y mensaje ya que naturalmente la fama implica que el mensaje llegue a muchísima gente. ¿Qué fuera de un escritor si sus escritos nadie los lee? ¿Qué fuera de un artista si sus creaciones nadie las ve? ¿Qué fuera de un músico si su música nadie la escucha? de la misma manera ¿Qué fuera un graffiteros si sus graffitis nadie los ve? Con la fama se garantiza que sus obras sean vistas y que sus mensajes transciendan.


Siguiendo con este gran mundo de significación del graffiti y con este orden de ideas, tratemos de abordar su filosofía cabalmente hablando ahora del carácter efímero y pasajero de los graffitis. Este tipo de arte a diferencia de los que se exponen en galerías con todo el cuidado y que perduran por siglos, está expuesto a la destrucción momentánea. Los graffitis tienen una duración muy corta, esto hace que los artistas que los producen estén en constante innovación, sin embargo se perpetúa con una fotografía a la obra de arte, aunque hay una gran diferencia entre la realidad, o sea, el graffiti y la imitación o la representación de la realidad, la fotografía. La realidad del graffiti a causa de estar en las calles y de ser una cuestión ilegal, su vida depende en la duración de una pintura en el mejor de los casos, depende en lo que tarde el gobierno o los dueños de las paredes u objetos pintados, en restablecer y volver a la normalidad lo que antes estaba pintado. Es por esto que también se necesita la fama, para que el mensaje llegue rápidamente antes de que sea destruido. Hablando un poco de lo efímero, es interesante esto, ya que lo perpetuo aburre, lo duradero en algunas ocasiones es como comer mucho dulce, empalagoso mientras que lo efímero está en un constante cambio, buscando siempre lo novedoso, lo impactante y esta característica tiene este arte.
Cuestionémonos ahora ¿Qué papel juega el carácter ilegal en la creación de graffitis? Es un punto importante en la discusión filosófica de los aerosoles sobre muros. Es similar a la fruta prohibida del génesis de la biblia, deseable, apetitosa. Hay una frase que dice “No hay mayor placer que hacer lo que no puedes hacer” y en esto se resume este punto, Eva no pudo resistir y cayó en la tentación. Como se ha venido diciendo, el graffiti es un mundo de mucha significación, el carácter ilegal es una crítica frente a la autoridad que humilla, que destruye. Una crítica al poder, imponiendo así el poder al desobedecer la autoridad. Al poder y la autoridad la contrarrestan con arte, con creatividad, desobedecen para innovar y darle una lección al pueblo, la lección de que somos libres y es más importante y más constructivo crear arte que dejarnos llevar  del consumismo, del poder del dinero.
Quiero ahora resaltar que este tipo de arte es interesante ya que está lleno de muchas crítica social, es la voz de los que callan. Pero hay personas que no saben utilizar esta manera de expresión siendo así unos verdaderos vándalos, son personas que rayan paredes por rayarlas, por destruir la ciudad y no por hacer una crítica social de ella. Se olvidan del mensaje que tratan de decir con lo que hacen, lo que quieren expresar, son personas que no expresan ni dicen nada, sólo son unos delincuentes. Graffiti es el arte del pueblo, el arte y la voz de la calle, y hay que saberlo utilizar porque en esos retazos de aerosoles no sólo habla el artista sino toda una comunidad.


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